Durante esta capacitación los participantes tuvieron la oportunidad de adentrarse en el mundo del buen vivir o buenos vivires, formas de vida y apuestas sociales, políticas y económicas de los pueblos originarios del continente americano consideradas como alternativas a los procesos fallidos del desarrollo y la actual crisis civilizatoria experimentada por occidente.

En un primer momento, se hizo un recuento histórico de las apuestas teóricas del desarrollo: desde sus orígenes en las civilizaciones griega y romana hasta las teorías del siglo XX tales como el Desarrollo Humano y el Post-Desarrollo. Esto como fundamento al posterior debate del desarrollo del que hace parte el buen vivir.

Más adelante, se discutió alrededor de los resultados parciales de dichos modelos de desarrollo (principalmente occidentales), los cuales han dejado a su paso una serie de efectos en los órdenes económico, social y ambiental como la desigualdad y niveles de contaminación nunca antes vistos en la historia de la humanidad.

Por último, la opción por el buen vivir o buenos vivires se presentó como una alternativa a los procesos fallidos de los procesos de desarrollo occidentales. Esta opción, mucho más integral, biocéntrica y comunitaria. Se conoció y entabló un debate en torno al buen vivir con base en tres de sus principios, la vida cuya protagonista es la diversidad, la relacionalidad cuyo protagonista es el diálogo, y la reciprocidad cuyo protagonista es el encuentro. Se concluyó entonces que estos y otros principios del buen vivir forjan una nueva propuesta civilizatoria, más humana, más natural, más armoniosa, un mundo en el que quepan todos los mundos, una apuesta práctica de la que todos pueden hacer parte.

“y tendremos que reconocer que no poseemos vida, hacemos parte de la vida”